El concejal de Ciudadanos, Goyo Revenga, considera que la falta de espacios para la cultura en el centro podría solucionarse, a corto plazo, recuperando para el uso ciudadano el Pazo de Mugartegui y la sala de Cultura de Afundación.

Pontevedra, sábado 7 de diciembre de 2019. “El Concello debería habilitar salas de uso cultural en el centro de la ciudad”, ha afirmado Goyo Revenga, concejal del grupo municipal de Ciudadanos en Pontevedra, quien ha explicado que “nuestra ciudad es una de las que más actividad cultural tiene de Galicia, lo que es un orgullo, y el Ayuntamiento debe implicarse más en apoyarla y promoverla”.

El portavoz municipal de Cs ha explicado que la mayor parte de los eventos culturales que se hacen en la ciudad, se llevan a cabo en espacios de carácter privado (librería Paz, Espazo Nemonón, etc.) y también en espacios gestionados por la Universidad de Vigo, como Casa das Campás o la Diputación Provincial. Estos lugares ya están saturados de actividades y se necesitan nuevos espacios para acoger todas las conferencias, conciertos, presentación de libros, recitales, exposiciones…etc que se realizan en la ciudad.

Paralelamente, las salas dependientes del Concello se encuentran infrautilizadas, en ocasiones “por el simple hecho de que no tienen unos horarios de apertura acordes a las necesidades de la actividad cultural (Casa da Luz cierra a 20:30 horas), por eso proponemos medidas para solucionar este problema, al menos a corto plazo”, ha afirmado Revenga.

Una opción sería que el gobierno municipal negociase con Afundación (que es su propietaria) para recuperar el uso público de la sala de cultura del Café Moderno, un sitio emblemático. Hasta hace unos años su uso era gratuito para eventos culturales, pero ahora Afundación cobra por su alquiler cantidades que “dejan fuera a la práctica totalidad de las/os particulares o asociaciones que podrían realizar actividades en él”.

Por otra parte, podría recuperarse la utilización del Palacio de Mugartegui, que es propiedad del Ayuntamiento. Actualmente es sede del Consejo Regulador del Vino de la Denominación de Origen Rías Baixas, pero como espacio para exposiciones, conferencias, conciertos… está claramente infrautilizado y casi siempre cerrado a la ciudadanía. El él se realizan bodas civiles y algunos eventos municipales, pero poco más.