Carta abierta a la sociedad pontevedresa
Momentos y canciones se cruzan en los pensamientos muchas ocasiones. ¿Quién no tiene un recuerdo de una vivencia asociada a una canción? El pasado 22 de septiembre, leyendo en las redes sociales la convocatoria que hacía el BNG en apoyo al proceso del 1-O en Cataluña, tuvimos esa sensación.
Estupor y tristeza fueron las primeras sensaciones. Estupor por la utilización de un discurso totalmente trasnochado por parte de la izquierda radical de nuestro país, y el de la ruptura utilizado por el BNG. Y tristeza porque la sociedad no ha reaccionado ante este ataque al Estado de Derecho y la Constitución del 78.
En España en estos últimos 40 años cambiaron muchas cosas. El progreso social y económico es patente, por mucho que los agoreros sigan con su discurso catastrofista y demagógico. Este cambio fue posible por dos cosas, el esfuerzo y trabajo de todos los ciudadanos y ciudadanas de este país, así como por habernos dotado de un Estado de Derecho, con una Constitución que nos dio estabilidad y un marco legal claro.
Utilizar la mentira, falsear la historia, y aplicar un experimento social de adoctrinamiento, en el más puro estilo de los regímenes marxistas o fascistas, logró que después de 30 años la sociedad catalana esté partida en dos, y que enfrentara amigos e incluso familias. Y esto pasa en el momento que la sociedad está más formada y más informada. El mensaje “España nos roba” caló en una sociedad adormecida, complaciente y egoísta que solo se mira al ombligo, poniendo en tela de juicio la solidaridad entre las comunidades autónomas de nuestro país. Pero ante estas mentiras está la verdad; los que roban a los catalanes son los del 3% de CIU. Tiene vigencia y explica muchas cosas la reflexión del filósofo francés Jean François Revel: “La primera fuerza que dirige el mundo es la mentira”.
Y en estas situaciones siempre hay los que quieren pescar en río revuelto. Unos, Podemos y sus confluencias, acabar con el Estado de Derecho y la Constitución del 78 y, otros, el BNG, llevarnos a un utópico mundo ideal de la República Gallega. Los dos se arrogan el estar en posesión de la verdad absoluta y se les llena la boca de democracia. Obvian que la democracia sin Estado de Derecho es una democracia viciada. Democracia no significa solo el ejercer el derecho al voto, lo democrático es ejercerlo en un Estado de Derecho, y el límite a la democracia es la ley.
La sociedad civil debe dar un paso al frente. Muchos piensan que no va con ellos, pero socavar el Estado de Derecho afecta a toda la sociedad. Parece que ellos, los que ponen en jaque nuestro modelo de Estado y la Constitución del 78 son más. Pero la realidad es muy distinta, somos más los que defendemos lo que hemos conseguido entre todos y tenemos la fuerza moral de la razón.
No quiero que mis nietos algún día me digan, como decía la canción de La Unión. “Dónde estabais en los malos tiempos…”
Fdo. Ejecutiva Ciudadanos agrupación de Pontevedra