GMC´s. Lugo, 16 de marzo, 2016.
El secretario general del Grupo Parlamentario Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Miguel Gutiérrez, advirtió el pasado día 10 de marzo de que “el acuerdo sobre refugiados entre la Unión Europa y Turquía no es ni legal ni moral” y manifestó que la posición de Ciudadanos es “totalmente contraria a los principios del acuerdo”. “La Unión Europa muestra síntomas de debilidad y parece que subcontrate un problema a un tercer país”, añadió.
Nuestros diputados en el Parlamento Europeo se han manifestado en el mismo sentido, y Ciudadanos es uno de los partidos que ha presionado al Ejecutivo en funciones para que cambie de postura y se oponga a dicho acuerdo. Es necesario aclarar, en todo caso, que el acuerdo debe ser ratificado por el Consejo Europeo, algo que esperamos no suceda; por lo que a fecha de hoy no es válido ni puede ser aplicado.
Vaya esto por delante para dejar bien clara cuál es la postura de Ciudadanos y de este Grupo Municipal respecto al principio de acuerdo con Turquía para la expulsión masiva de refugiados: consideramos que es inmoral, opuesto a los principios fundacionales de la Unión Europea y contrario a la legalidad internacional.
Sin embargo, manifestamos nuestro más enérgico rechazo a la retirada de la bandera de Europa de cualquier institución pública. La respuesta a ese movimiento por parte de una parte de la Comisión Europea, que insistimos carece de valor por ahora, no puede ni debe ser sin embargo el rechazo de Europa, representada por su bandera. La bandera de Europa representa mucho más que eso y resulta inconcebible que su retirada de las instituciones públicas pueda ser considerada un acto adecuado de protesta frente a una decisión puntual que, además, no es de hecho efectiva.
Lo que resulta verdaderamente inconcebible es que esto se haga con la complicidad y la aquiescencia del Partido Socialista, a quienes recomendamos consultar el tema con sus colegas de Pontevedra, y en el caso de nuestro Concello, de que se haga alevosamente de forma unilateral sin consultar o mucho menos contar con la aprobación de todos los grupos políticos. El BNG en Pontevedra tuvo al menos la cortesía de informar por correo electrónico el día anterior a los demás grupos municipales de cuáles eran sus intenciones.
No es un acto simbólico, es, simplemente, un acto de postureo ideológico aprovechado por ciertos partidos para ir, de nuevo, mucho más allá en su ataque a instituciones que no les gustan. Tienen ustedes derecho a ser tan antieuropeos como quieran, pero no tienen el derecho a imponer ese antieuropeísmo a la gran mayoría de los españoles que no lo son.
Si quieren actos simbólicos, adelante, pero empiecen por nuestra propia casa: que en el balcón consistorial las banderas de España, de la provincia de Lugo y de la propia ciudad ondeen a media asta y con un crespón negro mientras siga habiendo casos de corrupción en las instituciones públicas que representan.